domingo, 22 de agosto de 2004

Lolita

Después de la tormenta siempre llega la calma, no? si, a mi al menos si, después de todo lo que he soltado esta mañana, he logrado llegar a un estado de calma, sigo dolida, pero ya estoy más tranquilita...
en fin, a lo que yo iba, estaba mirando mi corcho, repasando momentos y tal, para recordar todas mis cosas buenas, y mis ojos se han detenido en el siguiente párrafo que se encuentra colgado del mismo:
"Lolita, luz de mi vida, fuego de mis entrañas, pecado mio, alma mia, LO. LI. TA.
La punta de la lengua emprende un viaje de tres pasos, paladar abajo, hasta apoyarse, en el tercero, en el borde de los dientes. LO. LI. TA.
Era Lo, sencillamente Lo, por la mañana, cuando estaba derecha, con su metro cuarenta y ocho de estatura, con un pie enfundado en un calcentin; era Lola cuando llevaba puestos los pantalones; era Dolly en la escuela; Dolores cuando firmaba; pero en mis brazos fue siempre, Lolita."

es uno de los grandes comienzos de libros que he leido, cada vez que lo hago se me enrojecen los ojos y casi se me saltan las lágrimas... es increible que un personaje como Humbert te haga sentir de ese modo, me refiero, te hace comprenderle, te da pena, pese a la depravación que es lo que hace... y te hace querer a Lolita como él la quiere... me parece algo increible, es de esas cosas con las que no dejo de sorprenderme, esa gota de magia de sueños que siempre me gusta que haya en mi vida...
en fin,voy a irme a dormir, es tarde, mañana me espera otro maravilloso día con el cálculo, a ver si estoy con fuerzas y os hablo de los sueños...
buenas noches

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