domingo, 20 de noviembre de 2005

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el verde brillante contrastaba con aquel blanco tan pulcro... la estructura de la casa era sencilla, como el origen de su propietaria, aunque a la vez tenía elegantes matices que le daban la clase que debía de tener un hogar tan importante como era aquel. La casa siempre era un hervidero de actividad, gente moviendose de un lado a otro... excepto en un cuarto, una joven, con el pelo mecido por el viento que entraba por la ventana, observaba los prados que se extendían frente a ella, limitados por bosques que parecían no tener fin... los miraba y recordaba cada momento vivido entre ellos, sus marchas a caballo, sus excursiones adentrandose en ellos, sus paseos para terminar tumbada en el campo charlando... todo había cambiado mucho en los ultimos tiempos, pero ahora era también feliz, infinitamente feliz... en su querida isla ella tenía su propia isla de paz, y ahora tenia además su propio hogar, su Casa Blanca en medio de Emerië donde poder descansar, donde poder vivir junto Aldarion, esperando que la necesidad de él por el mar fuera menguando.... le tenía que enseñar todo lo bueno de aquello para que el sintiera la misma felicidad que ella al estar allí y así no volver a perderlo... las tierras interiores de Elenna eran un paraíso que ella quería enseñar a los demás, y a él más que a cualquier otro mortal, que respirar aquella brisa... cerró los ojos imaginandolo todo, recordando aquella primera vez que le vió...
-¿Erendis?- se sobresaltó, giró un poco el rostro y allí estaba él...-¿qué haces?- preguntó el curioso-Nada, observaba estos campos donde crecí, pensaba los lugares que quiero mostrarte, para que entiendas el amor que tengo yo por estas tierras...- suspiro soñadora- con razón te llaman la Blanca Dama de Emerië- ella sonrió mientras el la abrazaba, lucharía hasta el final porque aquellos fueran los mejores días de su vida...

No sé,me ha salido solo, quería que fuera un pequeño homenaje a Númenor, a mi isla en la que llevo 2 años ya viviendo y disfrutando, es increible la de ilusiones que puede provocar, ahora nos enfretamos a algo grande pero creo que seremos capaces... sin duda nos traerá un montón de quebraderos de cabeza pero... la recompensa será más grande que todo...
Gracias a todos los que formaís Númenor porque sabeís como yo que la gente de Elenna (como dice mi queridísimo Tharkas) brilla con luz propia, no dejeís que nunca esa luz se apague de nuestras vidas, que entre todos logremos que la Isla de la Estrella brille como tal
os quiere
vuestra Dama Blanca de Emerië
Erendis

1 comentario:

Eowyn Zirbêth dijo...

Bien dicho. Quédate siempre con los momentos de felicidad y esperanza.